MI ENCUENTRO CON LA SIERRA

Hace 20 años que fuí por primera vez a la Sierra de Aracena. Mi marido, que es de Galaroza, me había contado muchas veces que su tierra era preciosa, que tenía una gran variedad de árboles y vegetación y que estaba llena de fuentes con un agua fresca y limpia que venía directamente de los manantiales.

También me explicó cómo había sido su infancia y su adolescéncia en su pueblo. Siempre en contacto con la naturaleza.

A través de él conocí: la Ribera, el charco la olla, la morteguilla, el camino de Jabugo, la carreterilla y un montón de lugares mas.

Yo pensaba que al estar lejos de su tierra la había idealizado un poco. Pero cuando llegué allí y lo ví con mis propios ojos, me dí cuenta que se había quedado corto; y que hay cosas que no se pueden explicar, como son: los aromas del campo, el azúl de su cielo y el verdor de la ribera del Múrtiga.

También me gustó la sencillez y cordialidad de sus habitantes, la limpieza del pueblo, las casas blancas con su zócalo gris y sus balcones llenos de macetas. Pero lo que más me gustó de Galaroza, y me sigue gustando, es la Virgen del Carmen.

La imágen es preciosa y tiene la particularidad que no lleva a su hijo en brazos, como la mayoría de las imágenes, sino que está embarazada. La talla se le atribuye a una mujer, La Roldana. Cosa poco corriente en la imaginería dónde siempre han destacado los hombres.

Yo no soy una persona muy religiosa, pero ante la Virgen del Carmen me siento a gusto y en paz. Mientras estoy allí la visito casi a diario, y nunca me voy del pueblo sin despedirme de ella.

La fuente de doce caños, que se encuentra al lado de la ermita de la Virgen, es muy bonita. Y algo que nunca antes había visto; la regaera, el agua corriendo por las calles y los niños caminando y jugando por ella. A mis hijos cuando eran pequeños les encantaba y muchas veces su padre los llevaba a jugar allí y les hacía un barquito para que ellos fuesen detrás.

En definitiva Galaroza es un pueblo muy bonito y al que yo, por razones sentimentales y porque me embrujó desde un principio, le tengo un cariño muy especial. Cómo bien dice Pepe me pasó como al príncipe Ysmail, cai encantada de su belleza.

Mª Carmen Ramón